Durante muchos años me quejé de no tener tiempo para escribir. DebÃa estar pendiente de mi casa, llevar a mis hijos a la escuela, a sus clases...
Harto de tanta queja, mi esposo me sugirió que me fuera a terminar mi novela a donde yo quisiera y él se comprometÃa a hacerse cargo de todo. Creo que en cuanto lo dijo se arrepintió, pero yo le tomé la palabra y dos dÃas después ya habÃa rentado un departamento en Valle de Bravo.
Nunca antes habÃa estado ahÃ, pero me convencieron los paisajes, el clima y el costo de las rentas.
Asà fue como en noviembre del 2019 me escapé quince dÃas a escribir. DÃa y noche...
Fue una experiencia realmente productiva, pues trabajaba por horas sin interrupciones, y aunque no alcancé a terminar mi novela, avancé lo suficiente para acabarla poco después de mi regreso.